10 consejos para cuidarse del sol
Llegó el verano y llegó el primer sol de la temporada. Ya sea en la ciudad, en la pileta o en la playa, cuando se toma sol la piel queda expuesta a una luz demasiado intensa. Sin una protección adecuada, la larga exposición al sol puede provocar quemaduras que generan desagradables síntomas, como ardor, sensación de calor y picor. La quemadura solar puede afectar a muchas áreas del cuerpo, e incluso, puede llegar a producir síntomas generales como fiebre, náuseas y problemas circulatorios. A largo plazo, la luz actúa como una energía que puede dañar y alterar las células de la piel y provocar cáncer de piel.
Sin embargo, las lesiones provocadas por el sol pueden evitarse de forma sencilla si la exposición al sol es segura y se siguen algunas recomendaciones básicas. Entonces, ¿qué podemos hacer para cuidarnos del sol?
1. Evitar el sol al mediodía
Se recomienda evitar exponerse al sol entre las 12 y las 15 hs. Lo mejor es realizar actividades al aire libre por la mañana o por la tarde.
¡OJO! Los niños menores de dos años no deben exponerse directamente a la luz del sol en ningún momento del día. Se recomienda que permanezcan en la sombra y siempre con protector solar.
2. Elegir el factor de protección solar adecuado
Usar protector solar es esencial cuando uno se va a exponer al sol. Pero además, es importante elegir un factor de protección que sea adecuado y se adapte al tipo de piel y a la intensidad de los rayos UVA. Especialmente, durante los primeros días del verano deben utilizarse productos con un factor de protección solar alto (de 30 en adelante).
3. Calcular el tiempo de la exposición al sol
Es fundamental volver a colocarse protector solar por lo menos cada dos
horas. La crema se evapora del cuerpo por el agua, el sudor y el contacto con
la ropa.
4. Usar suficiente protector solar
Usar siempre grandes cantidades de protector solar. Es importante asegurarse
de cubrir el cuerpo totalmente y no dejar ninguna zona sin proteger,
especialmente las zonas más sensibles como el cuero cabelludo, la cara, las
orejas, el cuello, la espalda, el pecho y el dorso del pie.
5. Protegerse con antelación
Después de aplicar la loción, se debe esperar entre 20 y 30 minutos antes de
tomar el sol. No todos los protectores actúan de inmediato y algunos tardan
algunos minutos en hacer efecto.
6. Protección solar desde el interior
Las personas especialmente sensibles al sol deben reforzar la protección de la crema con antioxidantes adicionales como la vitamina E, el licopeno, el betacaroteno o los polifenoles.
7. Evitar el uso de cremas solares poco fiables
¿Cómo identificarlos? Este tipo de productos anuncian un 100 por ciento de protección contra los rayos ultravioleta. Esto es imposible porque existe un mínimo porcentaje de radiación que siempre llegará a la piel a pesar del uso del protector solar.
8. La ropa también protege
Como alternativa o complemento del protector solar adecuado, la ropa también puede proteger la piel: los pantalones largos y las camisas ofrecen una protección eficaz contra los componentes de la luz solar. Además, debe usarse un sombrero o una gorra.
9. No olvidar las gafas de sol
Además de en la piel, los rayos del sol pueden producir quemaduras y lesiones en los ojos. El resultado pueden ser daños en la córnea y en la retina que pueden llegar a ser irreversibles. Usar gafas de soles una medida de protección fundamental para evitar los efectos negativos del sol en los ojos. Para reconocer qué gafas de sol son buenas, entre otras cosas, hay que fijarse en que lleven la marca CE (Comité Europeo), que certifica que las gafas son apropiadas para proteger los ojos contra las quemaduras del sol.
10. Cuidados tras la exposición al sol
Si ya se ha producido la quemadura, se debe evitar cualquier tipo de contacto con la luz solar hasta que la quemadura haya sanado completamente. Además, se pueden tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
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Aplicar geles calmantes en las zonas afectadas varias veces al día.
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Si el dolor es intenso se pueden tomar analgésicos.
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Es recomendable beber líquidos en abundancia. Sobre todo, agua y zumos mezclados con agua mineral.
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Aplicar cremas hidratantes especiales que ayuden a la cicatrización de las áreas afectadas de la piel.
Antes y despúes de la época de exposición al sol, que suele corresponder con los meses de verano, es recomendable visitar al dermatólogo para someterse a una revisión de la piel. De esta manera se detectan de forma precoz posibles lesiones pre cancerosas.
